miércoles, 10 de octubre de 2007

SE CASO PERO PIDIO QUE LE DE LA CASA PARA CONSUMAR EL MATRIMONIO

Marcelo Guevara, es un troncaleño de 58 años que por más de un año estuvo cortejando a maria Tránsito Corte Cueva, andaba "como un perro faldero" fue la expresión utilizada por él para graficar su actuación, y durante este tiempo pasó suplicándole que unieran sus vidas por medio del m atrimonio.
Este sueño se hizo realidad a inicios del mes de septiembre cuando ella aceptó contraer nupcias, por lo que Marcelo Guevara viendo cerca la consumación de sus deseos, se desesperó en apurar la boda, llegando a casarse en el registro civil de la parroquia Pancho Negro.
Cuando él pensaba que llegó el inicio de su felicidad ella se mostró esquiva de estar íntimamente con él y le dijo que cada quien se va para su casa, y así pasaron tres semanas hasta que el deseprado esposo quiso llevarle por la fuerza hasta un motel y ella le dijo que primero tenía que ponerle la casa y el carro a su nombre si quería acceder a su cuerpo y se lanzó del vehículo siendo socorrida por la Policía.
Por su parte maría Tránsito Corte, visitó los estudios de Radio Caribe para dar su versión y dijo que ella aceptó casarse por pena, de ver una persona mayor que nadie le atendía, y ella le puso la condición de que mientras no se case por la iglesia ella no podía estar íntimamente con él, debido a que pertenece a la renovación carismática católica y no puede fallar a las reglas de la iglesia, desmintió que le haya pedido nada y más bien dijo que desde el momento en que firmaron las actas matrimoniales la actitud de Marcelo Guevara cambió radicalmente, le dijo ahora eres mi esposa y tienes que hacer lo que te diga, y la actitud comprensiva y cariñosa se transformó para ser grosera y autoritaria, ella cree que él quiso unicamente concretar el matrimonio para aprovecharse de ella, tanto en lo sexual cuanto en lo material porque siendo una mujer sola tiene una tienda de venta y Guevara tenía la intención de que lo mantengan. Ahora sé que es un avivato dijo la mujer que está dipuesta a pedir la anulación del matrimonio y que no quiere nada de esa persona de la que según la ley es su esposo, pero que no quiere ni siquiera volverlo a ver, menos que la toque.